Hambre, drogas y llantos en las “catacumbas”: las 24 horas de los defensores de oficio que representan a homicidas y rapiñeros
Bienvenida a las catacumbas”. El espacio es chico y está repleto. Hay policías, hay detenidos, hay fiscales que entran y salen, hay abogados defensores. Hay un área rectangular rodeada de cinco cubículos, cada uno con una mesa y dos o tres sillas. No hay ventanas, hay tubos de luz blanca. También hay guantes, alcohol en gel, tapabocas. “Algunos tienen tuberculosis y el espacio es muy chico”, explica un defensor de oficio.